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Ítalo Alí: “Estoy ansioso por volver y hacer cosas que sean relevantes para el país”
Es psicólogo educacional de la Universidad de la Frontera. En la actualidad se encuentra realizando su doctorado “Cerebro, cognición y conducta” de la Universidad de Barcelona.
Desde su familia, siempre tuvo cercanía con la educación. Sin embargo, Ítalo Alí no quería seguir la docencia impartida en colegios. Entrando a la carrera de psicología en la Universidad de la Frontera (UFRO), se fue encantando de la educación y se especializó en gestión educativa, donde pudo compatibilizar ambas disciplinas.
“Mi primer trabajo en educación fue en el Centro de Excelencia en Psicología Económica y del Consumo (CEPEC), en el área del comportamiento del consumidor” recuerda. Posteriormente, mientras cursaba el magíster en Psicología, realizó clases como docente tutor. Previo a comenzar sus actuales estudios, continuó trabajando en educación en una institución gubernamental, en la que lideraba el área de educación formal y un programa a nivel nacional enfocado en la economía.
Doctorado en Barcelona
En su primera postulación obtuvo la beca y quedó en el programa de “Cerebro, cognición y conducta” impartido por la Universidad de Barcelona. El doctorado cuenta con dos etapas: primero, la realización de un máster obligatorio que sigue la línea de investigación en neurociencias (conocimiento obligatorio para realizar el doctorado). “A pesar de que tengo un máster chileno, no me convenía convalidarlo porque el previo no iba enfocado en la línea de neurociencias”, comenta.
Ítalo estaba interesado en profundizar los conocimientos que adquirió en su carrera profesional. El doctorado de la UB calzaba perfecto con su interés de especializarse en el funcionamiento cerebral. “La decisión fue fácil”, cuenta Ítalo y prosigue “el programa en el que estoy no se dicta en otro lugar tal como está. Cumplía específicamente con las tres cosas que yo quería: neurociencias, comportamiento y metodología de la investigación”.
Actualmente ya tiene definida la línea a seguir en su tesis de primer año, la cual seguirá hasta finalizar el doctorado, enfocada en la estructura cerebral que define la toma de decisiones en humanos, específicamente en decisiones económicas. “Al menos este primer año me focalizaré en ello, el proyecto doctoral deberá ampliar el modelo a seguir” aclara.
Dentro del proceso de postulación a becas para estudiar fuera del país, Ítalo cree que uno de los puntos que genera valor para que te acepten es la justificación del por qué tal programa es relevante. Sobre esto, recalca que es importante haber tenido un background en investigación para poder formular el planteamiento de la postulación, aunque “no creo que sea más meritorio alguien que ha hecho investigación versus alguien que no”.
Chile y la valoración investigativa
Uno de los problemas con los cuales se encuentran los investigadores al volver al país luego de concluir sus estudios, está en el escaso campo que Chile cuenta para que los investigadores puedan desarrollarse profesionalmente.
Frente a este punto, Ítalo es enfático en declarar que “hay que retribuir al país”. Para el psicólogo es importante “devolver de alguna forma” la beca que el Estado ha otorgado para que chilenos se perfeccionen profesionalmente. En este sentido, Alí manifiesta que es sustancial “volver y hacer cosas que sean relevantes para el país” y no limitarse solo a la publicación de artículos.
Sin embargo, reconoce que Chile presenta una serie de dificultades para los investigadores que quieren volver. “Creo que hasta el día de hoy el sistema chileno piensa que el investigador tiene que estar en las universidades”, recalca. “Es difícil que el investigador ingrese a círculos donde se ejerza política, decisiones de orden educacional o de seguridad pública. La mentalidad es distinta”, puntualiza.
El principal problema, a juicio de Ítalo, está en que la investigación aún no es valorada como una herramienta necesaria para el ejercicio profesional. “Siento que en Chile todavía estamos pensando que la investigación es para los científicos”, argumenta. Por esto, siente que la mayor responsabilidad de los investigadores está en posicionar la investigación como una herramienta para la profesión, pues “sin investigación no hay profesión básicamente”.
Por Sabrina Quezada