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Investigadores de la U. Austral estudian efectos de la contaminación acuática en el sur de Chile
El principal responsable es la actividad humana: la acuicultura, los asentamientos urbanos y los cambios en el uso de suelos son algunos de los agentes responsables de la contaminación.
Según el Snapshot of the World’s Water Quality (2016), del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), la contaminación de los ríos en América Latina, Asia y África ha empeorado desde la década de los 90’s. Los más afectados ante esta situación son los habitantes de las zonas rurales, que utilizan frecuentemente aguas superficiales para actividades domésticas y recreativas, y los pescadores que dependen de la pesca de agua dulce para subsistir.
En el caso de Chile, el origen de la contaminación en ríos y lagos se relaciona principalmente con la actividad del ser humano, tales como el cambio de uso de suelo desde bosque nativo a plantaciones forestales, agrícolas o áreas agropecuarias, industria de extracción de metales y asentamientos urbanos entre otras.
De acuerdo al Dr. Jorge Nimptsch, del Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas de la Universidad Austral de Chile, “en el Sur de Chile estas actividades producen cambios estequiométricos de la química del agua (principalmente carbono, nitrógeno y fósforo) y en la calidad y cantidad de la materia orgánica disuelta”.
Este cambio químico produce alteraciones en el metabolismo acuático y como consecuencia, afecta a la flora y fauna de los cuerpos de agua fluviales y lacustres, que en el sur de Chile son conocidos por su carácter prístino y por poseer una biodiversidad única.
La industria salmonera
Otro importante agente contaminante es la industria acuícola.
“En la última década en Chile, la industria salmonera se ha estado expandiendo a una tasa promedio anual de 22%, convirtiéndose en el segundo mayor productor de salmón mundial después de Noruega”, asegura Nimptsch.
Y agrega que “desde que se ha instalado la actividad acuícola en las regiones del sur de Chile, los cuerpos de agua fluviales han experimentado cambios a nivel local. En los efluentes y río receptor aparecen hongos y bacterias debido a las descargas de materia orgánica”.
Debido a ello se generan malos olores en las cercanías y río abajo, y se deteriora la calidad de agua dejándola no apta para su consumo en un cierto tramo, lo que genera conflictos con los múltiples usuarios del recurso hídrico afectado.
“Por ejemplo, a un ganadero se le enferman las vacas que beben el agua, o a veces se ve afectada el agua potable rural, las actividades en complejos turísticos aledaños o en las cercanías de los efluentes de las pisciculturas se ven afectadas especialmente por los malos olores. Esto ha generado conflictos sociales en forma de denuncias por particulares y protestas de la comunidad Mapuche en contra del funcionamiento y la instalación de nuevas pisciculturas en territorios del sur de Chile”.
Sin embargo, las pisciculturas se mantienen dentro de los rangos de emisión permitidos por la actual legislación ambiental por la cual están regidas, el DS 90.
En ese sentido, Jorge Nimptsch agrega que tanto el gobierno central como regional, a través de distintas organizaciones, está realizando nuevos estudios para una actualización de las normas de emisión a los cuerpos de agua continentales, para convertirla en una más acorde a la realidad actual.
Por Daniela Abarca González