badge close down-arrowdownload email facebook linkedin location mail phone searchslide-next slide-prev twitter youtube

Novedades

Marejadas y desaparición de especies marinas: Los nocivos efectos del cambio climático en la zona costera de Chile

Rubén Escribano, investigador del Instituto Milenio de Oceanografía, asegura que es necesario tomar medidas preventivas, pues aumentarán las marejadas y es posible que se produzcan más episodios de mareas rojas y medusas venenosas frente a la costa chilena.

El cambio climático está afectando diversos ámbitos de la naturaleza. La población mundial se enfrenta a cambios en las condiciones climáticas, como inviernos extremadamente fríos y veranos demasiado calurosos, sequías e inundaciones. El océano es responsable en gran parte de la situación.

A nivel mundial, el océano está absorbiendo mucho calor, lo que a su vez aumenta su temperatura y produce aguas más ácidas por el exceso de dióxido de carbono. En el caso de Chile, producto de una mayor diferencia de temperatura entre mar y continente, se produce un ascenso de aguas más profundas, que enfrían el mar frente a las costas. “Estas aguas más profundas son también muy pobres en oxígeno.Este fenómeno es el que se conoce como surgencia, que ha ido en aumento producto del cambio climático”, cuenta el Dr. Rubén Escribano, investigador del Instituto Milenio de Oceanografía (IMO).

El Instituto, que se dedica a analizar los cambios en el nivel del mar, los vientos, la surgencia y oxigenación que han ocurrido en los últimos 50 años y los efectos de estos cambios sobre la productividad del mar, recientemente comenzó a estudiar el exceso de calor en aguas profundas, que ya estarían siendo afectadas por el calentamiento global.

Los efectos del cambio climático en Chile pueden ser apreciados a simple vista, como por ejemplo, en “los fuertes vientos sur que están ocurriendo en la zona costera y las varazones ocasionales de peces, moluscos y crustáceos por falta de oxígeno. En una escala mayor también se puede notar que la surgencia ocurre más al sur de Chile, tal como frente a Chiloé, donde no es común que ocurra”, explica Escribano.

Producto de estos cambios (agua con menos oxígeno y más ácida) muchas especies se ven desfavorecidas, disminuyendo en número.

“Otras especies se desplazan a regiones más al sur o hacia el océano abierto, pero también sus alimentos se ven desfavorecidos. El resultado final es un océano distinto, con otras especies más resistentes que abundan y otras que desaparecen, como especies de crustáceos, peces y moluscos”.

El investigador del IMO asegura que estamos acostumbrados a notar estos cambios en aquellas especies que se consumen habitualmente, “pero el océano contiene miles de especies, desde microbios hasta mamíferos, que no son parte de nuestra dieta y que están siendo afectados por la actividad humana”.

Es el caso del Jurel, que en los últimos 20 años ha visto reducida su abundancia considerablemente y aun no se ha logrado su recuperación. Esto se debe a que “el jurel realiza migraciones a través de todo el océano Pacífico, pero el calentamiento global afecta muy fuertemente las áreas oceánicas y esto impacta la calidad del hábitat de esta especie, limitando sus migraciones” cuenta Rubén.

Y la situación puede empeorar aún más. De no tomar acciones para disminuir los efectos del cambio climático, el océano completo se calentará y aumentará su nivel, afectando el borde costero chileno. De acuerdo a Escribano, “muchas especies familiares para nosotros, tanto de la costa como de mar adentro, ya no estarán a nuestra vista. El agua será muy corrosiva (más ácida), se espera que las marejadas aumenten en frecuencia e intensidad y es posible que tengamos una mayor frecuencia en la presencia de especies tóxica para nosotros, tales como de mareas rojas y medusas venenosas”.

Sin embargo, todavía hay cosas que se pueden hacer. Una de las tareas de los científicos es conocer el océano y tratar de entender cuáles son sus cambios y porqué ocurren; en tanto, el resto de las personas deben partir por simples pero significativos actos, como evitar contaminarlo con basura.

“El océano es mucho más sensible de lo que parece, y lo peor es que cualquier efecto negativo sobre él nos afectará a nosotros tarde o temprano. El exceso de calor en la zona central, la intensificación de los vientos y la falta de agua (sequías) son todos fenómenos causados por anomalías en el océano y muy probablemente provocadas por el cambio climático que nosotros estamos originando”, finaliza.

Por Daniela Abarca González